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Una cruz en una encina

Una encina en medio de un precioso terreno adehesado de bosque mediterráneo, relativamente cercano a Malpartida de Cáceres, pero perteneciente al inacabable término municipal de Cáceres, aparentemente igual a los centenares de encinas que la rodean, una aguja en un enorme pajar, ningún camino cerca... Pero si nos acercamos a ella, si nos fijamos en su tronco en la cara que da al Este, vemos que sobre el mismo está clavada una cruz de hierro de unos 30 x 20 centímetros que literalmente está siendo engullida por la encina, pues hace 126 años que la colocaron allí. La naturaleza está pacientemente haciendo su trabajo y dos de los cuatro extremos de la cruz ya se encuentran en el interior de la encina. En la cruz, grabados cuidadosamente con una caligrafía un tanto infantil, un nombre y una fecha: “Domingo Galán el día 18 de Enero de 1896”. La encina se encuentra en la antigua Dehesa de Burro Pardo (o Borrico Pardo), hoy segregada, y aunque actualmente ningún camino se aprecia sobre el

Dos prensas olearias...¿y algo más?

  Retomo al asalto este humilde espacio después de varios meses sin publicar ningún artículo por motivos que no vienen al caso y lo hago con uno de los “descubrimientos” que tengo pendientes de plasmar en este blog, siempre con la intención de que sean totalmente inéditos, lo que evidentemente redunda en que los artículos sean muy espaciados en el tiempo y no pueda autoimponerme una disciplina de publicación. En el caso que hoy nos ocupa doy fe que he buscado, rebuscado y husmeado hasta la extenuación en webs, bibliografías, archivos, he hecho algunas llamadas, he cruzado varios correos, y no he visto publicación alguna ni nadie ha dado muestras de conocer las dos preciosas prensas olearias que traigo aquí. Si estoy en un error me gustaría que me lo hicierais saber. No os voy a contar cómo funcionaban las prensas olearias tardorromanas que podemos encontrar en los parajes cercanos a la ciudad de Cáceres, no os voy a dibujar esquemas de la plataforma de prensado labrada sobre la

Comulgando con ruedas de molino

  En el término municipal de Malpartida de Cáceres (cómo no), lindando con la Dehesa de las Trescientas que tantos vestigios arqueológicos nos ha dado a conocer, (y tantos esconde aún, atentos a la próxima entrada de este blog), se encuentra un paraje donde existe una gran lancha granítica de casi 250 metros de largo por más de 100   de ancho, una llanura pétrea que desciende suavemente hacia un regato que solo lleva agua en invierno y tras el que nuevamente el terreno asciende mostrando una nueva mole de granito de similares dimensiones. El terreno está salpicado aquí y allá de antiguos mojones labrados con inscripciones alfanuméricas   que delimitan unas estrechas y numerosas propiedades que sobre el terreno no se aprecian, pues aparenta ser una única finca,   pero que, catastralmente al menos, siguen existiendo.   Las dos lanchas muestran en diversas zonas haber sido utilizadas para extraer piedra granítica desde tiempos antiguos hasta un pasado más reciente, aunque hablando c

Un cerro en la llanura, Casar de Cáceres (grabados)

En el término municipal de Casar de Cáceres, en medio de una extensa llanura con algunas suaves pendientes, se alza abrupto un cerro cónico que siempre me había llamado la atención al pasar por la zona, pues un caótico montón de rocas parece que son empujadas desde el subsuelo por la mano de algún gigante mitológico. Y razoné que, al igual que despertaba mi curiosidad, probablemente antiguos habitantes de estas tierras también se sentirían atraídos por esta elevación que ofrecía posibilidades de refugio y de oteo del terreno circundante. Terreno que, por otra parte, es más que rico en vestigios arqueológicos y huellas de diferentes épocas pasadas, y que aún sigue vivo gracias al aprovechamiento agrícola y, sobre todo ganadero. Así que una mañana radiante de sábado, benditos sábados, decidí madrugar y, después de consultar en Google Maps la mejor manera de acceder a aquel cerro que tantas veces había visto en la lejanía, me calcé mis botas de senderismo, me colgué mi mochila de fotogr