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Una cruz en una encina


Una encina en medio de un precioso terreno adehesado de bosque mediterráneo, relativamente cercano a Malpartida de Cáceres, pero perteneciente al inacabable término municipal de Cáceres, aparentemente igual a los centenares de encinas que la rodean, una aguja en un enorme pajar, ningún camino cerca... Pero si nos acercamos a ella, si nos fijamos en su tronco en la cara que da al Este, vemos que sobre el mismo está clavada una cruz de hierro de unos 30 x 20 centímetros que literalmente está siendo engullida por la encina, pues hace 126 años que la colocaron allí. La naturaleza está pacientemente haciendo su trabajo y dos de los cuatro extremos de la cruz ya se encuentran en el interior de la encina. En la cruz, grabados cuidadosamente con una caligrafía un tanto infantil, un nombre y una fecha: “Domingo Galán el día 18 de Enero de 1896”.




La encina se encuentra en la antigua Dehesa de Burro Pardo (o Borrico Pardo), hoy segregada, y aunque actualmente ningún camino se aprecia sobre el terreno en la zona donde está enclavado el árbol, si consultamos la web del impagable visor de caminos municipales del Ayuntamiento de Cáceres, cartografía histórica, apreciamos que junto a nuestra encina discurría un camino que procedente de Malpartida de Cáceres se dirigía hacia el Sur, atravesaba el río Salor por el Vado del Soldado (que en los planos históricos curiosamente estaba situado aguas arriba del que actualmente se nombra así, el del Puente de la Sardina) y atravesaba más adelante el río Ayuela por el Vado del Guijo. Estos caminos eran utilizados por los numerosos malpartideños que trabajaban en fincas del municipio de Cáceres, que rodea totalmente a Malpartida, y a menudo debían atravesar estos peligrosos vados de ambos ríos porque el Concejo cacereño no tenía capacidad para realizar más puentes en su inmensa jurisdicción.

Al ver la inscripción sobre la cruz de hierro inmediatamente me vino a la mente el grabado en roca del Peligrillo de Malpartida de Cáceres, conmemorativo de un fallecimiento que, casualidades del destino, estaba también fechado en 1896, y que conté aquí.

Y como en el grabado del Peligrillo decidí averiguar el mayor número de datos posible de la persona en cuya memoria probablemente se había dejado una cruz clavada en una encina hace 126 años y seguramente olvidada por todos.

Aunque la Dehesa de Burro Pardo pertenece, como he reseñado, al término municipal de Cáceres, decidí probar suerte suponiendo que nuestro Domingo Galán era vecino de Malpartida, y pude obtener (gracias, amiga) del Fondo Histórico del Archivo Parroquial de Malpartida de Cáceres (Folios 283-284) la partida de defunción que efectivamente nos confirma que la cruz con nombre y fecha conmemora el fallecimiento de un malpartideño:


La transcripción de dicha partida de defunción es la siguiente:

Domingo Galán Fondón, consorte de Ana Núñez Palacios, murió el 18 de Enero de 1896.

En la Iglesia Parroquial de la Asunción de Malpartida de Cáceres, provincia de este nombre, Obispado de Coria, en veinte de Enero de mil ochocientos noventa y seis, yo, el presbítero D. Aureliano Vivas, coadjutor de la misma Iglesia, celebré las exequias fúnebres y en su cementerio ordené darle sepultura eclesiástica al cadáver de Domingo Galán Fondón, consorte de Ana Núñez Palacios, hijo legítimo de Francisco Galán Palacios e Inés Fondón Mortero, natural y vecino de expresado Malpartida que a la edad de treinta y cinco años había fallecido casualmente a las once de la mañana del diez y ocho del expresado mes y año a consecuencia de asfixia por estrangulación calificada así en la licencia del Señor Juez Municipal; no recibió sacramento alguno por haberlo encontrado cadáver; no testó, pero su viuda y sus dos hijos dejados de su expresado matrimonio llamados Lorenzo y Francisca dispusieron de sufragios, el oficio de sepultura y misa vigilia de cuerpo presente; se le hicieron los funerales según lo dispuesto por los mismos; y para que conste lo firmo fecha ut supra.

Rúbricas de Aureliano Vivas y de Moreno”

La partida de defunción confirmaba nuestra teoría: la cruz de Burro Pardo fue colocada en una encina (ahora sabemos que al borde de un camino actualmente inexistente) para honrar la memoria de Domingo Galán (Fondón), vecino de Malpartida de 35 años que dejaba viuda y dos hijos.

Inmediatamente me llamó la atención el hecho de que el Presbítero, Don Aureliano Vivas, nos remita a la “licencia del Señor Juez Municipal” al referirse a las causas de la muerte, asfixia por estrangulación, que recalca que se produjo “casualmente”.

Como en la investigación del grabado del Peligrillo ya tuve la experiencia de que es inútil acudir al cementerio de Malpartida, pues prácticamente no existen lápidas de la época que nos ocupa, decidí agotar todas las posibilidades de obtener más datos y contacté con el Ayuntamiento del municipio vía sede electrónica a ver si con suerte conservaban documentación tan antigua. Y sí que la conservan. Después de dos llamadas de dos trabajadores extremadamente amables del Ayuntamiento recibí en mi domicilio el Acta de Defunción, firmada por el Juez Municipal, el Secretario, y el Médico Cirujano que practicó la autopsia, y que aporta más datos que la Partida de Defunción de la Parroquia:


No he conseguido transcribir algunas palabras del Acta de Defunción, pero como no parecen relevantes no he pedido ayuda profesional. He aquí mi (seguro que incorrecta) transcripción:

Acta de Defunción

En Malpartida de Cáceres, a las cinco de la tarde del día diez y nueve de Enero de mil ochocientos noventa y seis, ante Don José Torres de la (ilegible), Juez Municipal (ilegible) y Don Modesto Tapia Barrios, Secretario, compareció Don Isidoro Polo ¿Bravo?, natural de Cáceres y de esta vecindad, mayor de edad, estado civil casado, ocupación médico-cirujano, domiciliado en Calle Barrio (ilegible) de este pueblo, según cédula de vecindad número 1929 que exhibe, manifestando en calidad de médico que ha practicado la autopsia que Don Domingo Galán Fondón, natural de este pueblo, su vecindad, edad de treinta y cinco años, ocupación jornalero, y domiciliado en Calle de (ilegible), falleció a las once de la mañana aproximadamente del día de ayer en la Dehesa de Burro Pardo, término de Cáceres, a consecuencia de asfixia por estrangulación, según certificación facultativa que se acompaña al parte y manifestación presentada por el declarante con arreglo al artículo 77 de la Ley y 68 del Reglamento, a fin de obtener la correspondiente providencia de enterramiento.

¿Como? resultas de las diligencias (ilegible) practicadas el Señor Juez Municipal dispuso que se extendiese la presente acta consignándose en ella, además de lo expuesto por el declarante y en virtud de las noticias que se han podido adquirir las circunstancias siguientes:

Que el referido finado estaba casado en el acto del fallecimiento con Doña Ana Núñez Palacios, de cuyo matrimonio deja dos hijos llamados Lorenzo y Francisca Galán Núñez, y su referida esposa en cinta.

Que era hijo legítimo de Francisco Galán Palacios, natural de este pueblo, y de Inés Fondón Mortero, natural de Arroyo del Puerco, y ambos que fueron de esta vecindad, difuntos.

Que según noticias no ha testado.

Y que a su cadáver se ha de dar sepultura en el cementerio de esta Villa.

Fueron testigos presenciales Don Juan Andrada Ríos Y Don Francisco Gómez (ilegible), mayores de edad, soltero y casado, (ilegible) y ambos de esta vecindad.

Leída íntegramente esta Acta e invitadas las personas que deben suscribirla a que la leyeran por sí mismas, si así lo creían conveniente, se estampó en ella el sello del Juzgado Municipal, y la firmaron el Señor Juez, los testigos y el declarante.

Y de todo ello como Secretario, certifico.

(Firmas)”

El Acta de Defunción del Juzgado Municipal, como vemos, nos aporta algunos datos más que la Partida de Defunción de la Parroquia de Malpartida de Cáceres: que Domingo Galán tenía por profesión la de jornalero, no sabemos si de la propia Dehesa de Burro Pardo o de otra finca; que aparte de sus dos hijos dejaba también a su viuda embarazada de un tercero; que por parte de madre tenía raíces en Arroyo de la Luz (antiguamente denominado Arroyo del Puerco, como así consta en el Acta, y que cambió de denominación en 1937, en plena guerra civil)...

Y lo que me llama la atención, o no tanto, es que en el Acta de Defunción del Juzgado se expresa lacónicamente que la causa de la muerte fue “asfixia por estrangulación”, remitiéndose a la autopsia practicada, mientras que en la Partida de Defunción firmada por el presbítero se añade a tal causa de la muerte la precisión de que “había fallecido casualmente”, entiendo que pudiera ser con toda la intención del mundo, pues ya sabemos que hasta no hace tantas décadas los suicidas no se podían enterrar en terreno sagrado ni se celebraban por ellos exequias fúnebres. Este último extremo no deja de ser una mera suposición de mi cosecha al contrastar los datos del Acta y de la Partida de Defunción, sin ánimo alguno de faltar al respeto ni a la memoria del difunto ni de sus descendientes si existieran.

Una amiga a la que conté el curioso hallazgo me argumentó que probablemente no era tan inusual recordar con una cruz junto a un camino próximo el lugar del fallecimiento de una persona, como ahora vemos en muchas de nuestras modernas carreteras, y como ya vimos también en el artículo que escribí sobre el grabado en piedra del Peligrillo, y probablemente también en la archiconocida cruz que hay junto a la charca de los Barruecos de Arriba, en honor a Fernando Rebollo (que según la tradición oral popular de Malpartida dicha cruz está sobre la tumba del tal Fernando, presuntamente ahogado en la charca, y que -perdonadme, malpartideños- sinceramente me extrañaría mucho).

Pero en el caso que nos ocupa la cruz de hierro que guarda la memoria del jornalero Domingo Galán ya no está junto a ningún camino (aunque sí que existió uno que debió ser bastante transitado), y la propia encina sobre la que está clavada, con el tiempo y si el cambio climático y los incendios no lo impiden, terminará engulléndola y haciéndola propia.

Cuando este otoño amanezca un día de niebla, de esos que le dan un aspecto tan mágico a nuestros campos, quiero acercarme a esta peculiar encina de la Dehesa de Burro Pardo y hacer las fotos que se merece y colgarlas aquí, pues creo que son los ropajes precisos para acabar de vestir esta pequeña historia: una cruz convirtiéndose en encina en medio de la niebla al borde de un camino que no existe...

D.E.P. Domingo Galán Fondón





Comentarios

  1. Apasionante historia la de esta cruz perdida en la dehesa, gracias por contarla

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  2. Si juntas unos ojos acostumbrados a buscar, una enorme curiosidad, algo de olfato por lo desconocido y unas dotes admirables de buscar documentación antigua, el resultado es, que consigues publicar unos relatos muy interesantes y enigmáticos, pero sobre todo, muy curiosos.
    Felicidades y a seguir ejerciendo de "sabueso dehesero".

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    Respuestas
    1. Gracias, Gonzalo, yo también te quiero... ;-)

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  3. Excelente hallazgo y excelente investigación. Enhorabuena
    Fernando Moreno Domínguez

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  4. Una de esas historias que con una sola lectura quedan guardadas para siempre en la memoria. Muchas gracias por contárnosla

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  5. Ummm, qué interesante. Esperando desde ya esas fotos de invierno

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  6. José María Chaves Palacios.2 de abril de 2023, 9:22

    Muy interesante, ameno y documentado. No se puede pedir más. Enhorabuena por el nivel documental y descriptivo.
    A seguir así.
    Un saludo.

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